Ante las alarmantes noticias que nos llegan (contaminación en las prendas de grandes marcas, polución del aire agravada, cosméticos con nitrosaminas y alimentos con metales pesados), es una excelente idea que intentemos restar toxinas a nuestro organismo haciendo uso de productos con certificado bio.
Los contaminantes nos llegan de todos lados. Hoy (14/01/14), El Periodico publica una noticia sobre la toxicidad de las prendas de ropa infantiles: y el estudio no habla precisamente de marcas económicas o de baja calidad, sino de prendas de grandes marcas caras como Disney, Burberrys y Adidas entre otras. Hace unas semanas los medios hablaban de la presencia de nitrosaminas cancerígenas en productos cosméticos de Mercadona que les obligaron a retirar. Hace pocos días los medios hablaban del empeoramiento de la calidad del aire: la OMS alertaba de que empeora de año en año. Aunque las grandes fuentes e contaminación son urbanas, el aire transporta los contaminantes, que acaban llegando hasta el último rincón del planeta. En diversos artículos se nos explicaba cuáles son estos componentes que respiramos, y la verdad, se te ponen los pelos de punta cuando averiguas que cada día respiras contaminantes tan peligrosos como óxidos de nitrógeno, compuestos de amoníaco, monóxido de carbono y unos cuantos más que suponen un riesgo notable para la salud.
En palabras del codirector del Centro de Investigación Epidemiológica, la contaminación ya se está considerando un problema sanitario de gran magnitud. No sólo porque se ha tardado en hacerle frente, sino porque sus consecuencias estàn empeorando: antes se limitaba a provocar irritaciones superficiales. Ahora, en cambio, se puede apreciar que sus efectos son más sistémicos, es decir, que todo el organismo se ve afectado. Pero es bien sabido que de este tema no se habla demasiado. De hecho, la OMS sólo recientemente ha admitido la contaminación del aire como causa de deterioro grave de la salud. Así pues: menos alarmismo por unos miligramos de exceso de colesterol y más control en las cuestiones importantes, que de poco sirve poner una loncha de menos de panceta en el bocadillo si luego sales a la calle y se te queda la piel del rostro cubierta de una máscara negruzca por haber paseado unas horas en una gran ciudad o se te llenan los alveolos pulmonares y la sangre de monóxido de carbono y de amoníaco.
Pero tras escuchar todas estas noticias, nuestro consejo tiene más sentido que nunca:
¿Por qué no pasarse a la cosmética certificada Bio? No podemos controlar lo que comemos, lo que vestimos ni lo que respiramos: si tratáramos de analizarlo todo, dada la gran cantidad de potenciales tóxicos que llegan a nuestro organismo, convertiríamos nuestra vida en una pesadilla. Sin embargo sí que podemos evitar añadir a nuestro cuerpo (por vía tópica u oral), toxinas suplementarias. Restar contaminantes en nuestro hogar y en nuestro organismo está en nuestras manos. Los alimentos ecológicos y la cosmética certificada Bio son dos buenas maneras de hacerlo. Y, si comparas precios, no necesariamente vas a pagar más. Pero sí vas a ganar unas cuantas dosis de salud.